Y entonces...

13/12/10

 

Allí en lo más alto de la copa vacía, parecían unirse todo tipo de sensaciones. Conversaciones que se encontraban a caballo entre lo trivial y lo recóndito, se convertían en imágenes esquivas en su memoria que acudían reavivando algo que casi había olvidado, logrando dibujar una fatua sonrisa que no podía aguardar esconder.

Miró el reloj y observó como la manecilla sobrepasaba en cinco minutos la mitad del disco. Olvidaba lo más importante... aún se encontraba en lo alto, eso sí, de su cóctel vacío. Había llegado la hora de regresar.

Y entonces...

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