Ying Yang

24/1/10

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Sombras y desdichas, luces y alegrías... El Ying y el Yang, separados pero unidos por una parte de si mismo que siempre permanece en su homónimo.

Y en él, un mar de dudas que cual balanza dudosa no atina en qué lado decantarse. En qué lado caer, decidir o lanzarse. Equivocarse o acertar, arrepentirse o suspirar. ¿Por qué lo realmente importante siempre va asociado a una elección a dos opciones?

Y el resultado es algo tan inesperado como esa buena o mala noticia que recibes sin previo aviso. Algo tan inexplicable que te inmoviliza y te sitúa en estado de shock, para luego devolverte de un puñetazo a la realidad.

Una mezcla de terror y de esperanza, que se filtra por las venas hasta decir basta.

Melancolía en forma de ilusión, o ilusión meláncolica.

Llámalo Ying Yang.

Llámalo x.

Llámalo como tu quieras.

Pero habrás de decidir.