Y es que... si amigos, si. ¡Ya se puede decir que soy un técnico en turismo (oh mi vaso!!). A falta de una nota del último examen el cual no presenta ningún problema, ya tengo una carrera con la que adornar mi currículum. Si, adornar, porque debido a la situación actual lo mejor que uno puede hacer es sumar adornos en su currículo. Y ese es mi plan... sumar adornos e intentar pasarme a Publicidad y RRPP o a Comunicación Audiovisual. ¿Qué, bien? Yo diría que 7 años en la universidad se podrían justificar de esta forma :P
Por otra parte, me he abierto una cuenta en twitter para que me podáis leer más asiduamente, puesto que el microblogging tiene algo que engancha, y supongo que es mucho más facil digerir tres o cuatro líneas a lo sumo que cualquier entrada de este blog en el que doy suelta a mi verborrea más palpable.
Y, conociéndome, sería de mala educación no hacer gala de ella para con disimulo introducirme en esos mundos recónditos que hablán de lo más profundo del ser, huelen a turquesa azulado y saben a castigo del ayer. Y es que embriagado de un aroma que antaño me sonrojó uno debate en sus 21 gramos el cómo desequilibrar la balanza, el ying y el yang, el bien y el mal, lo seguro y lo inseguro, lo real de lo imaginario...
¡Oye señorita linda dime cómo va!
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